domingo, mayo 04, 2014

Camino de Emaus

Introducción

El encuentro con Jesús Resucitado es el principio y fuente de toda la vida cristiana. A lo largo de las lecturas de las semanas de Pascua éste ha sido el sujeto recurrente, un verdadero leitmotiv. Ya en la Vigilia Pascual se nos proclamó el Evangelio de las dos Marías que iban al sepulcro y se encontraban con el Señor que las enviaba a los apóstoles a predicarles que fueran a Galilea (Mt 28, 1-10); el domingo de Pascua fue el turno de la «carrera de la fe» hacia la tumba vacía entre los dos más significativos apóstoles: Juan y Pedro (Jn 20, 1-9). Durante la semana de Pascua pudimos leer algunos de los fragmentos más emblemáticos de esta temática como fue la aparición de la Magdalena al Resucitado (Jn 20, 11-18) y la de los discípulos de Emaús (Lc 24, 13-35). Precisamente la liturgia nos propone hoy revisitar este evangelio, y lo hace sabiamente, ya que su riqueza y profundidad como catequesis de la vida cristiana es inagotable.

Ver la presentación animada de las lecturas 


Lecturas

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2,14.22-33:

El día de Pentecostés, Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra: «Judíos y vecinos todos de Jerusalén, escuchad mis palabras y enteraos bien de lo que pasa. Escuchadme, israelitas: Os hablo de Jesús Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante vosotros realizando por su medio los milagros, signos y prodigios que conocéis. Conforme al designio previsto y sancionado por Dios, os lo entregaron, y vosotros, por mano de paganos, lo matasteis en una cruz. Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte; no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a él: "Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, exulta mi lengua, y mi carne descansa esperanzada. Porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia." Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: El patriarca David murió y lo enterraron, y conservamos su sepulcro hasta el día de hoy. Pero era profeta y sabia que Dios le había prometido con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo; cuando dijo que "no lo entregaría a la muerte y que su carne no conocería la corrupción," hablaba previendo la resurrección del Mesías. Pues bien, Dios resucitó a este Jesús, y todos nosotros somos testigos. Ahora, exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo que estaba prometido, y lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo.»


Sal 15,1-2.5.7-8.9-10.11 R/. Señor, me enseñarás el sendero de la vida

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano. R/.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R/.

Me enseñarás el sendero de la vida, 
me saciarás de gozo en tu presencia, 
de alegría perpetua a tu derecha. R.


Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1,17-21:

Si llamáis Padre al que juzga a cada uno, según sus obras, sin parcialidad, tomad en serio vuestro proceder en esta vida. Ya sabéis con qué os rescataron de ese proceder inútil recibido de vuestros padres: no con bienes efímeros, con oro o plata, sino a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto ni mancha, previsto antes de la creación del mundo y manifestado al final de los tiempos por nuestro bien. Por Cristo vosotros creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, y así habéis puesto en Dios vuestra fe y vuestra esperanza.


Lectura del santo evangelio según san Lucas 24,13-35:

Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo: «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?»
Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?»
Él les preguntó: «¿Qué?»
Ellos le contestaron: «Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron.»
Entonces Jesús les dijo: «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?» Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.
Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída.»
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció.
Ellos comentaron: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?»
Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.»
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.



Comentario Bíblico

Está viendo el comentario bíblico de: Fray Miguel de Burgos Núñez

También puede ver el de: Fr. Gerardo Sánchez Mielgo

Le reconocieron al partir el Pan

Iª Lectura (Hch 2,14.22-33): La fuerza de kerygma

I.1. La Iª Lectura de este Domingo (Hechos 2,14.22-33) se toma del discurso de Pedro el día de Pentecostés y es el prototipo del primer anuncio (kerygma) que los apóstoles proclamaban ante los judíos, y ante todos los hombres. Consistía en proponer al mundo la muerte en la cruz y la Resurrección de Jesús de Nazaret como el acontecimiento más importante de la historia de la salvación. Los "discursos", en los Hechos de los Apóstoles, le dan a la narración toda la fuerza catequética del mensaje. Aunque provienen de la tradición primitiva, en realidad están redactados y actualizados por Lucas.

I.2. Este discurso concretamente está organizado en tres partes: (a) Invitación a escuchar: "Escuchad Israelitas" (v. 22a); (b) Exposición del acontecimiento fundamental: Dios ha resucitado a Jesús el Nazareno (v. 22b-24); (c) Un apoyo o testimonio en la Escritura, que es el Sal 16,8-11 (vv. 25-28). De alguna manera, los cristianos siguieron las pautas de lo que eran los discursos del libro de Deuteronomio (cf. Dt 4,1; 5,1; 6,4; 9,1; etc.) y en la misma tónica de los profetas que anunciaban algo decisivo a Israel. Porque los discursos "kerygmáticos" que anuncian el valor y la muerte de Jesús tienen un carácter profético.

I.3. Proclamar la muerte de Jesús, sin embargo, no podía hacerse sin poner de manifiesto las causas y los motivos de la vida de Jesús, quien por sus palabras y sus hechos extraordinarios hizo presente la liberación de Dios; liberación que debía recordarles a los judíos la liberación de la esclavitud de Egipto. Pero ellos no vieron en la vida de Jesús una vida liberadora, sino que lo "crucificaron" por medio de los "impíos" (anomoi), los romanos, que eran los "sin ley" para los judíos. Aquí no debemos hacer, de ninguna manera, una lectura antisemita del texto. Los cristianos, al menos, no lo debemos hacer porque la responsabilidad de la muerte de Jesús no es de un pueblo, sino de los responsables de su religión y de los responsables romanos. No obstante, tampoco se puede ocultar que la muerte de Jesús es el resultado del rechazo a su predicación liberadora, aunque en el mismo v. 13 se ponga de manifiesto que todo esto ocurre "según el designio de Dios". Pero dicho designio no se refiere a la muerte en sí, muerte ignominiosa de la cruz, sino al valor de esa muerte como causa de redención y salvación para todos.

I.4. La respuesta de Dios a la muerte de Jesús, teniendo en cuenta ese designio divino, es la resurrección. Dios lo ha liberado de los "dolores de la muerte" (v. 24), como si fuera un parto. Así como en el parto la madre y el hijo sufren hasta que los dos se abrazan en un misterio de vida nueva, de la misma manera, el dolor de la muerte de Jesús lleva al abrazo divino de la vida nueva del Crucificado. De la misma manera deberíamos leer e interpretar el misterio de nuestra propia muerte y la esperanza de nuestra propia resurrección. Morir para nosotros debería ser un parto que nos lleva a la vida nueva y verdadera. El discurso de Pedro se apoya (vv. 25-28) en el Sal 16 en el que se nos manifiesta un creyente que confía en Dios hasta pensar que no verá la corrupción. Como a Israel le costó mucho expresar su fe en la vida después de la muerte, el que se use este salmo aquí, quiere decir que pronto en la comunidad cristiana se consideró este salmo como un canto mesiánico en toda su dimensión.

I. 5. Por ello, cuando se habla de la fuerza de la palabra de Dios en los cristianos primitivos, esa fuerza no consistía en otra cosa que en la fuerza que tenía la misma muerte y resurrección de Jesús. Es una fuerza que cambia los corazones y, si cambia los corazones, cambia también la historia; porque en la muerte de Jesús, en la cruz concretamente, la muerte ignominiosa de esclavos y revolucionarios, se revela todo el amor de Dios por nosotros; y en la Resurrección se revela el poder de Dios sobre la muerte de Jesús y sobre la de todos los hombres.

 

2ª Lectura: (1Pe 1,17-21): Nuestra esperanza está en Dios

II.1. La IIª Lectura, de la carta Iª de Pedro (1,17-21) insiste poderosamente en el kerygma del misterio de la Pascua, de la muerte y la Resurrección de Jesús. Propone, que no es el oro y el poder lo que cambiará la historia, aunque muchos hombres consideren que eso es lo que moviliza este mundo. El oro, el poder, las armas, traen la tragedia a nuestros pueblos: la guerra y los nacionalismos. Pero en el misterio de la Pascua, que es el misterio del «sin poder», se abre todo a la esperanza y a la vida que permanece para siempre.

 

Evangelio (Lc 24,13-35): Cuando arde nuestro corazón

III.1. El evangelio (Lucas 24,13-35) es una de las escenas de las apariciones del Resucitado que más han calado en la catequesis de la comunidad cristiana. La polifonía de la narración encierra notas de mucho calado, "tempi" que deben recrearse en una lectura pausada y sosegada para llegar hasta donde nos quiere llevar el autor. Todo esto es lo que constituye la gramática generativa de nuestro relato como obra narrativa; pero no se queda ahí, en pura narración. Bien es verdad que sin narración, sin gramática, no hay mensaje y no puede haber hermenéutica. Pero la narración no está sola, sino que engendra un texto sagrado para la comunidad. Es como si fuera la descripción de una eucaristía en un proceso dinámico: primeramente los peregrinos de Emaús, desconcertados, van escuchando la interpretación de las Escrituras en lo referente al Mesías. Es una catequesis de preparación para lo que viene a continuación. Bien podemos articular esta narración en torno a dos escenas principales introducidas por la misma expresión: (a) Lc 24,15: "Y sucedió mientras conversaban..." (kai egéneto en tô homilein autois...); (b) Lc 24,30: "Y sucedió mientras se sentó a la mesa ..." (kai egéneto en tô kataklithenai auton...). Muchos han reconocido que Lucas indica los dos momentos esenciales de la liturgia cristiana: la palabra y el sacramento, escucha de las Escrituras y liturgia eucarística.

III.2. La primera parte es en el camino. Desde la nostalgia solamente no es posible abrirse a la resurrección. No es la nostalgia la forma y manera de adentrarse en el anuncio pascual de que "el crucificado vive". Esta primera etapa es la narración más impresionante de eso que podemos llamar la etapa de la verificabilidad de la resurrección. En ella ha quedado claro que el sepulcro vacío ha dejado de significar nada, al menos en la obra de Lucas y yo creo que en todo el NT. Pero es Lucas el que nos ha mostrado con esta escena que la "verificabilidad" no puede sostener la grandeza del misterio de la Pascua. Porque es después del intento de la verificabilidad cuando los dos discípulos prácticamente huyen de Jerusalén con el convencimiento de que todo ha terminado Mientras iban de camino, el Resucitado les sale al encuentro sin que puedan reconocerlo. Sabemos que Lucas es un verdadero catequista del camino. Así entiende toda la vida de Jesús, y muy especialmente en su decisión irrevocable de ir a Jerusalén (Lc 9,51-19,24). Y entiende, a su vez, que el discipulado cristiano es un camino que se ha de recorrer con Jesús; no es un discipulado de tipo intelectual: se aprende viviendo. Por eso, ahora también, en este relato de la experiencia de la resurrección, ese misterio es un "itinerario" que hay que recorrer en la lectura de la Escritura. En el caso de la comunidad cristiana debemos interpretarlo del mensaje de la vida de Jesús. Pero Jesús toma su iniciativa: se hace un peregrino, un itinerante con ellos, que vienen de Jerusalén desesperados, porque ni siquiera han tomado en consideración lo que algunas mujeres ya decían.

III.3. El peregrino, sin que se lo pidan, hace el camino con ellos y les explica las Escrituras; ya no pueden vivir sin él, sin su palabra de consuelo y de vida. Estamos ante una de las novedades del cristianismo primitivo que Lucas plasma extraordinariamente en este relato, en cuanto esos pasajes, como Is 53, van a ser considerados mesiánicos por los cristianos. El v. 26 es el punto de arranque en el proceso de leer las Escrituras desde la Pascua, con ojos nuevos. No olvidemos que el lector sabe quién habla, aunque los peregrinos son ignorantes, pero es una de las claves de este itinerario que el evangelista quiere marcar a la comunidad cristiana que ha de leer las Escrituras.

III.4. Como buenos orientales, han dado hospitalidad a este peregrino desconocido que les ha interpretado las palabras de los profetas sobre la muerte y la resurrección de Jesús. Eso fue lo que tuvieron que hacer los primeros cristianos para explicarse y vivir espiritualmente la muerte y la resurrección de Jesús. Y entonces, en la casa, símbolo de una comunidad eucarística, Él, que aparecía como un hombre de paso, viene a constituirse en el anfitrión de aquella celebración. Por eso, aquellos peregrinos «reconocen» al Señor, en un gesto como el que pudo hacer en la noche de la última cena; podemos entender que parte el pan y lo reparte y beben de la copa. Así se cumple, pues, el sentido de las palabras de Jesús, en la tradición de Lucas y Pablo, la conocida como tradición de Antioquía, cuando se dice: "haced esto en memoria mía" (Lc 22,19c; 1Cor 11,24c), después de haber tomado pan y haberlo repartido entre los suyos. Es, la Eucaristía, memorial de lo que hizo Jesús aquella noche, que no se explica, desde luego, sin lo que le lleva a realizar aquel acto profético de lo que estaba por llegar inmediatamente. En efecto, fue entregar su vida, en el pan y en la copa que reparte entre los discípulos. Pero ese memorial no está limitado a ese momento puntual, sino a toda su existencia, que culminará en la cruz.

III.5. Es, pues, en la Eucaristía donde nos entrega el Señor la vida de la que goza ahora como resucitado. Lucas quiere enseñar a su comunidad que, aunque ellos como nosotros, no pudimos vivir con El, ni conocerle, en la Eucaristía es posible tener esta experiencia de vida. En definitiva, en la Eucaristía hacemos un «memorial», con todo lo que esto significa, pero con el Resucitado, mas no como testigo pasivo, sino siendo El Señor y anfitrión, porque es solamente con El con quien podemos abarcar la altura y la profundidad de algo que no es simplemente repetir, sino revivir. La Eucaristía, como la Resurrección, es un misterio inefable de liberación, ya que los discípulos que estaban angustiados por lo que había pasado en Jerusalén, poco a poco, en la medida en que va haciéndose la Eucaristía, como un peregrinar, se conmueven, porque la vida del Resucitado se apodera de sus corazones. Eso es lo que Lucas quiere enseñarnos, catequeticamente, sobre lo que acontece cuando el Señor resucitado parte el pan con su comunidad, con y en la Iglesia.

III.6. La "fracción del pan! es el signo que necesitaban para saber lo que había pasado. Queda, no obstante, por formular el remate de este momento decisivo. Es lo que se describe ajustadamente en el v. 31, y que es lo contrario de lo que se ha expresado en el v. 16 (sus ojos estaban cerrados, retenidos, sin luz). Este es el momento que tan maravillosamente plasmó Rembrandt en su cuadro de los discípulos de Emaús, una de las composiciones pictóricas más hermosas que existan. No hay palabras para expresarlo mejor. Es una "auto-revelación" del resucitado en la cena, la fracción del pan, es decir, en la eucaristía. Por eso, esa presencia no es "visible" como normalmente entendemos esto. El hecho de que se use el verbo en aoristo pasivo indica que se trata de una experiencia profunda, espiritual, real sin duda, pero no para ver con los ojos corporales, sino con los ojos de la fe. ¡No debe caber la menor duda de hablar de este modo! Por eso, el v. 32 tiene un sentido irrenunciable en el metalenguaje del nuestra narración. Es la clave: "y se decían el uno al otro: ¿no ardía nuestro corazón cuando por el camino nos hablaba y nos explicaba (nos abría) las Escrituras?".

N.F. Para una mayor profundización en este hermoso relato remito a mi artículo titulado: "Los discípulos de Emaús (Lc 24,13-35): pedagogía de la resurrección. El texto en su identidad dinámica", ISIDORIANUM, 25 (2004) 167-185.

Fray Miguel de Burgos NúñezFray Miguel de Burgos Núñez
Lector y Doctor en Teología. Licenciado en Sagrada Escritura
Enviar comentario al autor 

Este comentario está incluido en el libro: Sedientos de su Palabra. Comentarios bíblicos a las lecturas de la liturgia dominical. Ciclos A, B y C.  Editorial San Esteban, Salamanca 2009.


Pautas para la homilía

Mucho se ha escrito a lo largo del tiempo sobre este pasaje del Evangelio. Ello se debe a que constituye una verdadera y propia catequesis para los cristianos de segunda generación; para los cristianos que ya no conocieron al Jesús histórico y que se preguntaban cómo podían reconocerlo ahora, en su realidad eclesial del momento.

  • Estamos llamados a una historia de encuentro personal con Jesús Resucitado.

El camino entre Jerusalén y Emaús no es sólo un camino físico, es el camino de nuestra vida cristiana, es el camino donde nos encontramos con Jesús. Es el camino donde Jesús se hace presente sin que sepamos cómo ni cuándo ni de qué manera, pero siempre con un mismo fin: darnos la vida eterna y abrirnos, si nos dejamos, los ojos. Este encuentro es único e irrepetible para todos nosotros. Si nos fijamos en los evangelios que hacen referencia a las apariciones de Jesús Resucitado cada uno narra una modalidad diversa de encuentro: ángeles, la apariencia de jardinero, un simple viajero más… pero en todos Jesús regala dos cosas a sus encontrados: la paz y el don de la fe. Hay muchos tipos de encuentro, tantos como personas, pero un único regalo: la vida en Cristo Resucitado.

  • Jesús escucha y dialoga.

Es curiosa la actitud de Jesús Resucitado en el Evangelio de este domingo: se acerca, se hace el encontradizo y escucha a los peregrinos. Todo un Dios, antes de revelar el mensaje profundo de las Escrituras a los hombres y de abrirles los ojos, lo primero que hace es escuchar, preguntar, interesarse por la historia del hombre. Antes de hablar de Dios tenemos que escuchar qué es lo que dice la gente de Dios, cuales son sus temores, sus penas, sus lugares oscuros donde Dios se puede hacer presente. Ahí es donde la predicación del Resucitado tendrá su fuerza y su sentido.

  • Pero, en definitiva: ¿en qué momento nos encontramos nosotros de este camino de Emaús?

En el evangelio se nos muestran tres características de los hombres que se han encontrado con el Jesús Resucitado, de los hombres nuevos, de los hombres de la nueva Creación. Estas tres características nos pueden ayudar a situarnos en el punto donde nos encontramos de nuestra vida cristiana, de nuestro camino de Emaús particular:

1. «tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron…» La Eucaristía es un lugar privilegiado de encuentro con el Resucitado. En el memorial de su Pasión y Resurrección se leen las Escrituras teniendo como punto de fuga su Persona y se parte el pan que es su Cuerpo. La Eucaristía es el momento de encuentro entre los cristianos y de estos con Cristo, es el momento en que la comunidad cristiana proclama su fe. La dimensión necesariamente personal del encuentro con Cristo, de la que antes hablábamos, y la dimensión comunitaria de celebrar la fe no son contradictorias, son complementarias. La fe, la apertura de los ojos a la Verdad, es un acto personal que se vive en comunidad. 
2. «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?» Otro de los lugares privilegiados del encuentro con el Resucitado es la Escritura. Siempre los evangelistas nos remarcan esta verdad, la verdad de cómo Cristo ha venido al mundo según las Escrituras y ha cumplido todo lo que ellas decían sobre Él. El misterio del Cristo Resucitado ya se encontraba en las Escrituras aunque velado. Es por ello que ahora que se nos ha desvelado vemos su profunda verdad y se nos puede enardecer el corazón.
3. «Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén» El encuentro con el Jesús Resucitado es un cambio de 180 grados en nuestras vidas. Los discípulos de Emaús dan media vuelta en su camino y vuelven a Jerusalén. Dejan la paz de la pequeña villa por la inseguridad de la ciudad. Vuelven a los lugares donde han sufrido la muerte de Cristo y donde seguro tenían miedo a que a ellos también les sucediera algo parecido. Pero Cristo Resucitado les hace desaparecer los miedos y volver hacia lo que huyen. Y esta vuelta tiene un fin muy simple: anunciar al Cristo, compartirlo, dar testimonio.

Podemos decir que si aún no vemos a Cristo Resucitado en la Escritura, no se nos llena de fuego nuestro corazón al oír su Palabra y no somos capaces de enfrentar nuestra vida con el Resucitado como centro y mensaje, aún estamos en nuestro propio camino de Emaús. Esto no quiere ser un motivo de desaliento, sino el constatar una oportunidad, la oportunidad que nos ofrece, nunca sabemos cómo, Cristo de hacerse el encontradizo en nuestras vidas y caminar a nuestro lado hasta donde nosotros le invitemos a quedarse.

Porque tal y como se cantó la noche de Pascua, iluminado nuestro templo sólo con la luz del Resucitado y rodeados por la tiniebla del camino: «Nihil enim nobis nasci profuit, nisi redimi profuisset»: ¿De qué nos serviría haber nacido si no hubiéramos sido rescatados?

Fr. Alejandro López Ribao O.P.Fr. Alejandro López Ribao O.P.
Convento de Santa Sabina (Roma)
Enviar comentario al autor 

stagduran
Enviado desde mi iPad

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Popular Posts

Etiquetas

evangelio (48) recetas de cocina (47) la palabra (40) recetas (38) lecturas (30) exorcismo (20) alimentos (19) cabopalos (19) palabra de Dios (19) exorcistas (17) papa francisco (16) jesucristo (15) alcalá (14) pederastia (14) soria (14) clérigos pederastas (13) influencia diabólica (13) pederastia clerical (13) posesión diabólica (13) estambul (12) iglesia clerical (11) poesía (11) poesía mística (11) sufí (10) thermomix (10) abusos (9) cartagena (9) poetas persas (9) pederastia eclesial (8) ritual de exorcismo (8) versículos (8) italia (7) madrid (7) abuso sexual (6) biblia (6) iglesia (6) murcia (6) roma (6) argentina (5) burgos (5) demonios (5) eeuu (5) españa (5) laguna negra (5) monasterio de piedra (5) real madrid (5) transgenicos (5) barsa (4) bilbao (4) buñol (4) cataluña (4) clérigos (4) col lombarda (4) demonio (4) dibujos (4) iglesia católica (4) lucas (4) new orleans (4) política (4) salmos (4) san lucas (4) santiago apóstol (4) whatsApp (4) alimentación (3) bandera española (3) barcelona (3) cardenal (3) col (3) crudivegano (3) ecotienda (3) el mundo (3) fraude alimentos (3) fátima (3) hafez (3) internet (3) la unión (3) leon (3) obispo (3) onu (3) oraciones (3) oración (3) pavo (3) pedrojota (3) psiquiatra (3) sacyr (3) san pablo (3) satanás (3) sopas (3) tomates (3) valencia (3) valladolid (3) aborto (2) aestgd (2) aguacate (2) antibióticos (2) artur mas (2) bacterias (2) bandera (2) bautismo de jesús (2) bendecir la mesa (2) bendición (2) blesa (2) caja madrid (2) canal de panamá (2) canción del alma I (2) clérigo exorcista (2) cremas (2) córdoba (2) el amigo y el amado (2) el camino neocatecumenal (2) ensaladas (2) especias (2) fitz roy (2) florencia (2) hacker (2) haro (2) independentismo (2) infestación (2) ipod (2) islam (2) jaculatorias (2) juan pablo II (2) legionarios de Cristo (2) marcial maciel (2) monseñor (2) musulmanes (2) orihuela (2) pedofilia (2) políticos (2) postres (2) pp (2) psiquiatras (2) religiosa (2) repostería (2) restaurantes (2) robos (2) rouco (2) salsas (2) san antón (2) san juan de la cruz (2) san miguel (2) somontano (2) sucesos (2) sufismo (2) trucos cocina (2) vaticano (2) 200 demonios (1) 2014 (1) Cartujas (1) FBI (1) Historia (1) KPC-Oxa 48 (1) Menaje (1) Moulay Idriss (1) Orden Sufí Nematollahi (1) Ramon Llul (1) Tetuán (1) Trastornos mentales (1) abadillo (1) abejas (1) aceite de sésamo (1) aceiteras (1) aceiteras irrellenables (1) adivinación (1) adn (1) aeropuertos (1) aestrinidad (1) agd (1) agua de mar (1) aguaturma (1) ahorro (1) ahorro energía (1) ajo (1) albacete (1) albóndigas (1) alcantarilla (1) alemania (1) alicante (1) alicia (1) alimentos light (1) almortas jareñas (1) almudena (1) aloe vera (1) alta gracia (1) amazonía (1) antibióticos naturales (1) antioxidantes (1) antonio (1) aperitivos (1) apocalipsis (1) arafat (1) arcipreste de hita (1) arroces (1) arroz caldoso (1) arroz con pollo (1) ateo (1) avellanas (1) aviso navegantes (1) balón de oro (1) bandas (1) bandera estelada (1) barbastro (1) batalla rio salado (1) bayern (1) belzebul (1) biocultura (1) bombilla (1) borraja (1) burgo de osma (1) bárcenas (1) búho (1) cadaver (1) calabaza (1) california (1) callos (1) cambio climático (1) cambio de conciencia (1) canapés (1) carlos lópez (1) carlos osorio (1) carne (1) carnes y aves asadas (1) cartagena eecológica (1) carteristas (1) casimiro garcía abadillo (1) castañas (1) cava (1) cañete (1) cañizares (1) cebolla (1) cerebro (1) cerolo (1) champiñones (1) cilantro (1) cobrador del frac (1) coche (1) cocido (1) cocina (1) col rellena (1) colegio san josé (1) comercio online (1) comunión de los santos (1) conciencia (1) conferencia episcopal méxico (1) consolación (1) consulta (1) contraseñas (1) coran (1) correr (1) corrupción (1) corvera (1) corán (1) cousens (1) crema de boniato con setas (1) crismones (1) cristianismo (1) cuchillos (1) curaflauta (1) curry (1) cámaras (1) cáncer (1) cáncer de colon (1) de bendición (1) defensor del pueblo (1) del nido (1) demonología (1) desaparecido (1) desfile (1) diabetes tipo 2 (1) director espiritual (1) divorciados (1) doctrina (1) duero (1) dufismo (1) dukezong (1) ecológicos (1) ecológicos. (1) el hijo pródigo (1) el hombre de labraña (1) el paular (1) el país (1) el portal del infierno (1) el sueño de áfrica (1) emt (1) encerado (1) encuesta (1) ensaladilla rusa (1) esclavitud (1) espinardo (1) espinoso (1) espiritus malignos (1) esposa (1) espárragos (1) espíritus malignos (1) etiquetado (1) extraterrestres (1) factura eléctrica (1) fecha caducidad (1) felicitación (1) fianza vivienda (1) ficoide glacial (1) fiscalia (1) francois gallardo (1) fraude (1) frutos secos (1) fuerte de bard (1) gadafi (1) gafas (1) gallo (1) gastronomía (1) gays (1) genes (1) gochujang (1) google glass (1) google maps (1) grasas trans (1) grecia (1) gripe (1) guacamole (1) guardia civil (1) guardiola (1) guisantes (1) guisos (1) génesis (1) hacienda (1) hafiz (1) hallay (1) halloween (1) hamburguesas de avena (1) historia de españa (1) hospital alta resolución (1) hospital la paz (1) hospital ramón y cajal (1) huevo frito (1) huevos con tomate (1) huevos y picatostes. (1) hummus (1) idolatría (1) iglesia de la consolación (1) ignacio Larrañaga (1) iguazú (1) indulto (1) influencias (1) inocencio arias (1) internet móvil (1) intosicación (1) ios (1) iphone (1) ipod diciembre 2013 (1) ipod octubre 2013 (1) jaen (1) jaime mayor oreja (1) jamón (1) japón. (1) javier ares (1) jengibre (1) jeremias (1) jerusalen (1) jesús (1) jesús cacho (1) jimmy savile (1) joaquin (1) job (1) jorquera (1) jubilados (1) judias blancas (1) judias verdes (1) judías verdes (1) justicia (1) kashmiri masala (1) kiko (1) kikos (1) la bombilla que dura (1) la braña (1) la mosca del olivo (1) la presentación (1) la sangre de cristo (1) la taberna (1) ladrón (1) lago (1) laicos (1) legumbres (1) lentejas (1) lentejas con costilla (1) lerma (1) levaredo (1) liberación (1) libertad digital (1) libro (1) lizzie velásquez (1) los ángeles (1) luis aragonés (1) lupus (1) machos alfa (1) maiz (1) manga (1) mantecados (1) marihuana (1) marte (1) masala cachemira (1) mascotas (1) masturbación (1) medecina naturan (1) medicina alternativa (1) melatonina (1) mendigo (1) mercado (1) merkel (1) merluza (1) mezquita (1) mezzetti (1) migas con jamón (1) miguel hernández (1) miguel sebastian (1) misterio (1) moisés (1) mollerussa (1) momia (1) monja (1) monseñor 500€ (1) montoro (1) montículos mima (1) moroso (1) mortalidad (1) moscas transgénicas (1) moscu (1) muerte (1) muhammad (1) mujer (1) mundo (1) muslos de pavo con almendras. (1) nasa (1) navidad (1) neandertal (1) neymar (1) nicolás aguilar (1) nieve (1) nueces (1) nuevo testamento (1) numancia (1) obama (1) obispo de limburgo (1) obispos (1) obitos (1) olite (1) operación shabat (1) oracional (1) oración a san miguel (1) orgullo gay (1) pajín (1) panamá (1) parking (1) password (1) patés (1) perastia clerical (1) percepciones (1) perito moreno (1) perros (1) pescado (1) peschici (1) pesto (1) pisa (1) pizarra (1) plantas (1) plátanos (1) pollo (1) portabilidad (1) portugal (1) potencia eléctrica (1) praga (1) prevención cáncer (1) prisión (1) pro-tec (1) productos ecológicos (1) príncipe de los demonios (1) psoe (1) puertos (1) punto pelota (1) queso (1) queso crudivegano (1) queso feta (1) quinua (1) ragú (1) rajoy (1) ramón llul (1) rape (1) rata (1) rata gigante (1) rayos x (1) rebozuelos (1) recetas navidad (1) reflexión (1) reiki (1) reliquia (1) reloj (1) rene laurentin (1) rioja (1) romero (1) ronaldo (1) rosacruz (1) rosario (1) rubalcaba (1) rumi (1) ryanair (1) sabiduría (1) saca demonios (1) salmo 121 (1) salmo 138 (1) salmo 144 (1) salmo 3 (1) salmo 34 (1) salmo 91 (1) samuel (1) san antonio abad (1) san gines (1) san mateo (1) san rafael (1) sandro rosel (1) sanfermines (1) sangre (1) santoral (1) santísima trinidad (1) satanismo (1) saturio (1) satán (1) scarano (1) sdo. corazón de jesús (1) sectas satánicas (1) secuestro (1) semillas (1) setas (1) sexo (1) shakshuka (1) shangri-La (1) shiraz (1) smartwatch (1) solbes (1) super (1) sydney (1) sésamo (1) tabaquismo (1) tahini (1) tandoori (1) tarot (1) taxis (1) teatro romano (1) telefonía fija (1) tentación (1) ternera. (1) test (1) test de velocidad (1) timo del taxista (1) tomate morado (1) topo (1) tumbas (1) unción de enfermos (1) vade retro satana (1) valle orcia (1) velocidad internet móvil (1) venecia (1) vitoria (1) wonderbag (1) yodos los santos (1) zaragoza (1) zumaque (1) ángel rubio (1) óbito (1)